“¡Qué buena foto!”, me dijo mientras señalaba la pantalla de mi dispositivo. Y antes de que pudiera responderle con un “Gracias” de corazón, me interrumpió agregando: “Qué buena cámara”. A lo cuál yo le contesté : “No es una cámara. Es una máquina abre-ventanas y me sirve para hacer mi trabajo”. El entre un tanto confundido, más bien escéptico y queriendo entender donde estaba el truco de mi declaración, me preguntó: “¿Y, cuál es tu trabajo?”. “Soy tele-transportador” le dije al mismo tiempo que presionaba un botón. “Y acabo de abrir otra ventana, para que alguien en otro lugar y tiempo, pueda venir aquí y ahora a conocerte. Y si fui lo suficiente-mente hábil, como con la anterior ventana que visitaste… esa o esas personas van a poder experimentar lo que estamos viviendo.